El Club




Desde muy chico en casa de mis padres y abuelos se escuchaba música; nadie tocaba ningún instrumento pero en mayor o menor medida todos eran melómanos. Por parte de mi viejo, lo primero que escuche fue Presley y Creedence, mi abuelo materno era amateur de Carlos Gardel (debo confesar, en esa época odiaba el tango!) tengo lindos recuerdos de muchas mañanas tomando mate con bizcochos de grasa con el viejo, escuchando radio y cuando ponían a Carlitos había que hacer absoluto silencio y prestar mucha atención a la letra.

Esa es la etapa de la música heredada.

Más adelante  en el tiempo, cuando tenía 10 años, se arma todo un revuelo porque en la otra punta del planeta matan a tiros a un tal Lennon. Lo que más me llamaba la atención era la magnitud de la noticia, es así que me puse a investigar un poco sobre este muchacho y fui a dar directamente a los Beatles (ojo que digo los Bitls y no The Beatles) soy de la época en que todo se traducía mas o menos al argentino, inclusive los títulos de las canciones).



A partir de aquí es que empieza la etapa de la música adquirida, puedo decir que a los ingleses estos yo los descubrí para mí, no me los hizo escuchar nadie. Me encantaron enseguida. Seguí varios años escuchándolos nada más que a ellos, me compre un cassette de Los 20 Exitos de Oro que fue editado por el viejo ATC (anteriormente conocido como el aún más viejo canal 7), lo escuchaba día y noche, a los 10 años “cantaba” en inglés y ya me empezaron a mirar raro.

Más adelante tuve mi etapa de Rock Nacional con Zas, Los Abuelos de la Nada y Seru Giran pero nada como lo Beatle.

Ya cuando tenía 16, un muy buen amigo me hizo escuchar un disco que no decía nada en la tapa y era totalmente distinto a lo que conocía, era algo que sonaba espeluznantemente dulce y violento al mismo tiempo. Ahí tuve que recalcular todo lo que había escuchado, creo que la cabeza se me giro como un cubo de rubik, se me desacomodaron todos los colores, no entendía absolutamente nada pero lo único que sabía es que no quería escuchar otra cosa más que eso. Es así que desde mis 16 hasta más o menos 20 o 21 años no me entraba otro sonido en la cabeza más que Led Zeppelin.



Cuando pude abrir un poco la cabeza empecé a investigar sobre los músicos que influenciaron a Zepp, fui a dar directamente al Blues, el Rock más clásico, el Rockabilly, la música celta, el flamenco y me reencontré con Elvis, un viejo conocido.

De ahí en más vino el jazz, me amigue con el tango, no se.


Los del Club son leyendas porque justamente se fueron temprano, cuando aún tenían mucho para dar y no llegaron  a la curva descendente en su aspecto artístico, algunos se fueron demasiado temprano. Tene en cuenta que en todos los casos son carreras cortas, 2 o 3 discos editados y por sobre todo, muchísimo talento tanto como cantantes o ejecutores de instrumentos, o ambas cosas.

El Club de los 27 es solo una expresión un concepto, pienso que se puede aplicar a mas ilustres fallecidos bajo otro concepto parecido: “Vive rápido, muere joven y deja un cadáver bonito” que más o menos es la misma idea del movimiento Punk de “No Future”, no hay futuro vivir el presente y nada más. No hay que olvidarse  que el Club de los 27 se daba en un contexto de fama repentina de personas con una gigante veta artística y enorme talento a una edad temprana, inmadurez emocional para poder afrontar el vértigo del dinero abundante y rápido que les daba acceso fácil al sexo, drogas, alcohol sin ningún tipo de control o contención, empujados por una industria que los exprimía para que rindieran lucrativamente y no los cuidaban. En el mejor de los casos, si no morían, es muy probable que quedasen olvidados, solos y si no tenían una visión comercial o el asesoramiento correcto,  en la pobreza.

Como dije antes, todos murieron en el pináculo de sus carreras o en el tramo ascendente. Es muy triste pensar que un tipo como Hendrix, muera de una forma tan miserable, ahogado en su propio, vomito, o Jones totalmente deprimido después de haber sido echado de la banda flotando en una pileta de natación. Esta mejor pensar que a Morrison se lo llevo un aborigen en desnudo a anda saber que cielo o la dulce Joplin, la amante del siglo que se acostaba con todos durante el día y a la noche dormía sola llorando.
Mis ídolos no pueden ser tan escatológicos de morir revolcados en su propia miseria e incapacidad de enfrentar sus demonios internos, prefiero pensar que solo cumplieron con el pacto celebrado con Papá Legba.



Sabes quién es Legba? Esa te la dejo a vos.

Sea curiosa mi querida Luciérnaga.